
Según Joe Vinson, líder de la investigación, el valor nutritivo de las palomitas podría explicarse porque el antioxidante del maíz queda protegido durante el proceso de secado de la semilla. Y cuando se hace estallar para crear la palomita, sólo se pierde una pequeña cantidad de polifenoles.
Eso sí, hay que evitar las palomitas envasadas. La mejor solución es hacerlas uno mismo en casa con un poco de aceite de oliva y sal, sin mantequilla y otros aditivos, con lo que se evitan las grasas saturadas y las toxinas que tan mala fama han dado a este alimento.
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